Retrata una sociedad atrasada, pícara y corrupta que el líder de la revolución soviética compara constantemente con Alemania y Francia.

Expulsado de Alemania y de Francia, Trotski llego a España en 1916, donde permaneció tan solo unos meses, en los que sufrió todo tipo de incidentes. ( )

Una auténtica delicia. Un cerebro privilegiado y una personalidad arrolladora con una capacidad analítica extraordinaria que permiten al autor, en apenas un mes y dos viajes en ferrocarril, diseccionar un país con resultados que 100 años después son perfectamente reconocibles. Brillante, divertido, genial. ( )