Un estudiante de periodismo en busca de una historia que contar. Un festival de música en recuerdo de las víctimas de Chernóbil. Un bosque como escenario de un ras de muertes.
2004. El Club del Trueno se reúne por última vez. Nikolái y Ekaterina se marchan de Ucrania con sus padres. Dimitri, sin embargo, se queda en el país. Antes de despedirse, se reparten una matrioska con la promesa de volver a juntarla antes de diez años. De lo contrario, una maldición caerá sobre ellos.

Nikolái es un joven estudiante de periodismo que decide hacer un trabajo de investigación sobre unos incendios en su país, Ucrania. Para ello, tiene que volver a su tierra natal, que no ha pisado desde hace siete años, cuando sus padres y él emigraron a España. Aquella tarde de 2004, cuando se despidió de sus amigos y cada uno se llevó una parte de una matrioska como recuerdo de su amistad, es cuando comenzó todo. Aunque ellos no lo averiguarían hasta años más tarde. Ahora, una criatura está sembrando el terror en el bosque de su infancia y él no parará hasta averiguar la verdad de ese inquietante suceso.

El escritor aragonés David Lozano vuelve a engancharnos a la lectura con Cielo Rojo, su última novela. Descubrimos en ella un misterio que irá desvelándose poco a poco, un trío de amigos protagonistas y algunos personajes algo más secundarios muy bien construidos, como el periodista Motulyak, que atrae al lector y ayuda al protagonista de la historia. En la trama nos encontramos muchas muertes –no podía ser de otra forma en un libro de este autor-, desastres nucleares, canciones en inglés, blogs secretos, conspiraciones y un secreto que el ejército desea esconder a toda costa.

A pesar de que el ritmo inicial de la novela es algo lento y Nikolái se deja llevar por la melancolía al volver a su país natal, la novela va tomando ritmo y la trama empieza a atrapar al lector cuando los acontecimientos van acelerándose. Todas las pistas que hemos ido averiguando en la lectura van encajando en un ritmo casi frenético cuando llegamos al final del libro.

Hay que señalar la cuidada edición de la novela, con el texto en tinta de dos colores –rojo y negro-, un separador con forma de matrioska o de granada según se mire y una portada que destaca en la mesa de novedades. Además, es una de las llamadas «novela transmedia», pues va acompañada de música creada expresamente para el texto y un blog secreto en el que podemos leer más sobre la inquietante criatura que habita en el bosque Itanich.